Dinamarca
es el primer país en contemplar la designación de un Embajador en Silicon
Valley, dicha persona será quien tendrá a su cargo encabezar la nueva
iniciativa de Diplomacia Tecnológica, haciendo de la tecnología y la
digitalización una prioridad en todo el Servicio Exterior danés, incluso ellos
prevén convertirla en una prioridad en su red de embajadas en todo el mundo.
Aunque este tipo de cobertura no es nueva, y de cierta forma diplomáticos de
Dinamarca y otras naciones la vienen haciendo desde hace ya tiempo, los daneses
reconocen que necesitan hacer más al respecto, a la vez teniendo un enfoque
mucho más sistemático en estos esfuerzos.
Todos
sabemos que el sector tecnológico es cada día más influyente en nuestras vidas.
Apple, Google, Microsoft, Facebook, entre otras… son macroempresas que pueden
llegar a tener una capacidad enorme de influencia en las decisiones políticas
de los Estados. Algunas de ellas con valores de mercado superando el PIB de la
mayoría de las naciones. De hecho, la suma de los valores bursátiles de Apple y
Google sería tal que, de ser Estados, estarían a nivel de pertenecer al G20, el
grupo de los países cuyas economías son las más potentes del mundo.
Microsoft
Supera el PIB de Bélgica y solo es un poco menor al de Suecia y Facebook se compara
al de Irán actualmente.
Al
analizar datos como estos es evidente que hay una necesidad de asegurar de que
entendamos y tengamos en cuenta los enormes efectos que la tecnología está
teniendo en nuestra sociedad, en el sentido más amplio posible: Político,
económico y ético.
Al
igual que como participamos en un diálogo diplomático con los países, también
tenemos que establecer relaciones priorizadas y amplias con los actores de la
tecnología en epicentros y potencias como Silicon Valley, Shenzhen y otros
lugares; y por último, pero no menos importante, las universidades, la sociedad
civil, las ONG, las ciudades y las regiones que tienen conocimientos y
experiencia valiosos en este ámbito.
En
República Dominicana nuestras empresas aún no han saltado al tren de
digitalización. Necesitamos más especialistas en TI (Tecnología de la
Información) dentro de nuestra fuerza laboral. En adición nuestra balanza
comercial, en cuanto a comercio electrónico se refiere, es negativa en
comparación con otros países de Latinoamérica.
Un
aspecto importante para un país en desarrollo como nosotros sería el
aprovechamiento de estos conocimientos para el crecimiento económico. Nuestras
embajadas podrían ser utilizadas como satélites avanzados que alimenten la
información de nuestra formulación de políticas en casa. Por eso en un mundo
globalizado debemos ser prestos a ver lo que está haciendo el mundo y poder
crear la condiciones de integrar las buenas prácticas.
No obstante,
al igual que conversaciones bilaterales con gobiernos extranjeros, habrá cosas
en las que estamos de acuerdo y cosas que no, pero ambas son buenas razones
para el diálogo.