martes, mayo 23, 2017

Cómo la tecnología ha revolucionado la diplomacia

Para el 1779 época cuando Benjamín Franklin presenta sus credenciales ante la corte francesa convirtiéndose en el equivalente del siglo 18 de lo que es un embajador hoy día y siendo así el primer embajador de Estados Unidos recibido por un gobierno extranjero, tomaba unos seis meses para que sus despachos diplomáticos le llegaran a su gobierno en Filadelfia. Por lo tanto, para la diplomacia poder ser eficaz, los embajadores debían tomar decisiones importantes en nombre de su gobierno de manera autónoma, basándose en su propia comprensión de los intereses y políticas de su nación, sin obtener ninguna aprobación previa por lo que queda explicado el título de embajador " Extraordinario y Plenipotenciario ".

Hoy día, incluso, no descarto que ha de haber embajadores felices de poder retornar a esa antigua forma de hacer las cosas. Pero esos días ya desaparecieron hace tiempo, hoy día el volumen y la frecuencia de la comunicación entre un diplomático y su capital son solo la punta del iceberg de la revolución de la información. Por tanto y para fines de mejor entendimiento del tema creo prudente analizar tres cambios fundamentales en la naturaleza de la diplomacia que entiendo se destacan por encima del resto.

El primer y más importante cambio es en el equilibrio de la diplomacia de gobierno a gobierno a la diplomacia de persona a persona. La comunicación entre los líderes políticos por medio de la representación diplomática sigue teniendo un importante papel que desempeñar, y claro también existe la diplomacia pública. Pero los estados y sus gobiernos ya no desempeñan el papel preeminente en nuestras vidas como en el pasado, por tanto, hoy en día ser un funcionario de gobierno ya no le da el estatus privilegiado que una vez otorgó.

En el mundo de hoy, cada vez son más las corporaciones, los grupos de la sociedad civil, los movimientos culturales y, lo más importante, las ideas, que no conocen fronteras nacionales y no son ciudadanos de ningún estado, que dan forma a nuestras vidas. Las plataformas Online tienen más efecto sobre la gente que cualquier gobierno, y lo esencial de estas plataformas es que hacen su impacto facilitando la interacción directa entre las igualdades y/o divisiones políticas de sus usuarios.

Esto significa que, si la diplomacia debe mantenerse al día con el mundo, debe centrarse en participar en la miríada de conversaciones globales emergentes. El nombre del juego es la relevancia. Un servicio diplomático que está atascado y no se estrecha en el amplio espectro de pasiones, prioridades e identidades que conforman el sistema político contemporáneo, pronto perderá su valor.

En el caso de nuestro país, eso significa poner en evidencia la riqueza de la energía creativa que hace de la República Dominicana lo que es. Debemos entender que, como todo buen anfitrión, el trabajo no es dominar la conversación, sólo para presentar a los participantes entre sí y dejar que ellos tomen el control a partir de ahí.
Otra diferencia evidente entre la forma en que se practica la diplomacia hoy en día y la forma en que se practicaba antes de la revolución de la información se debe a la muerte del secreto, Incluso antes de la aparición de Edward Snowden y Julian Assange, los diplomáticos juiciosos habían llegando a acuerdo con el hecho de que “estrictamente entre nosotros” y “fuera del record” se estaban convirtiendo rápidamente en cortesías vacías. Incluso a los jóvenes estudiantes de las escuelas diplomáticas de hoy se les enseña que nunca escriban algo en un cable diplomático que no quieran ver en los titulares del día siguiente.

Esto trae consigo un cambio profundo en el enfoque que se toma a la profesión. Significa que usted evita tomar acciones y hacer declaraciones que usted no está dispuesto a defender en público y se combina con lo que ya vimos con respecto al cambio de enfoque hacia la diplomacia pública.

Por último, el gran volumen de información ha llevado a una mayor profesionalización y especialización en todas las esferas productivas, desde la medicina hasta el comercio. La diplomacia no es una excepción. En el pasado, se esperaba que un diplomático fuera un “caballero completo” con una educación lo suficientemente amplia como para mantener conversaciones en la mesa, pero sin necesidad de capacitación profesional especializada. Hoy en día, eso no es suficiente.

La complejidad de las herramientas que un diplomático debe ser capaz de desplegar y la diversidad de las audiencias que ella debe poder dirigir requieren habilidades genuinas del especialista. Sólo para mantenerse al día de la esfera pública en la que opera la diplomacia contemporánea requiere habilidades de medios sociales de alto rendimiento, la capacidad de interpretar el resultado de la analítica de grandes datos y la misma competencia en el uso de grupos de enfoque y encuestas que se espera de una empresa profesional de marketing. 

Creo firmemente que la tecnología está haciendo de la diplomacia una profesión más dinámica, excitante y creativa.


Por: Horacio Vicioso Galán

lunes, abril 17, 2017

¿Qué podemos aprender de la nueva prioridad estratégica en la política exterior danesa y su apuesta por la “Diplomacia Tecnológica”?

Dinamarca es el primer país en contemplar la designación de un Embajador en Silicon Valley, dicha persona será quien tendrá a su cargo encabezar la nueva iniciativa de Diplomacia Tecnológica, haciendo de la tecnología y la digitalización una prioridad en todo el Servicio Exterior danés, incluso ellos prevén convertirla en una prioridad en su red de embajadas en todo el mundo. Aunque este tipo de cobertura no es nueva, y de cierta forma diplomáticos de Dinamarca y otras naciones la vienen haciendo desde hace ya tiempo, los daneses reconocen que necesitan hacer más al respecto, a la vez teniendo un enfoque mucho más sistemático en estos esfuerzos.

Todos sabemos que el sector tecnológico es cada día más influyente en nuestras vidas. Apple, Google, Microsoft, Facebook, entre otras… son macroempresas que pueden llegar a tener una capacidad enorme de influencia en las decisiones políticas de los Estados. Algunas de ellas con valores de mercado superando el PIB de la mayoría de las naciones. De hecho, la suma de los valores bursátiles de Apple y Google sería tal que, de ser Estados, estarían a nivel de pertenecer al G20, el grupo de los países cuyas economías son las más potentes del mundo.

Microsoft Supera el PIB de Bélgica y solo es un poco menor al de Suecia y Facebook se compara al de Irán actualmente.

Al analizar datos como estos es evidente que hay una necesidad de asegurar de que entendamos y tengamos en cuenta los enormes efectos que la tecnología está teniendo en nuestra sociedad, en el sentido más amplio posible: Político, económico y ético.

Al igual que como participamos en un diálogo diplomático con los países, también tenemos que establecer relaciones priorizadas y amplias con los actores de la tecnología en epicentros y potencias como Silicon Valley, Shenzhen y otros lugares; y por último, pero no menos importante, las universidades, la sociedad civil, las ONG, las ciudades y las regiones que tienen conocimientos y experiencia valiosos en este ámbito.

En República Dominicana nuestras empresas aún no han saltado al tren de digitalización. Necesitamos más especialistas en TI (Tecnología de la Información) dentro de nuestra fuerza laboral. En adición nuestra balanza comercial, en cuanto a comercio electrónico se refiere, es negativa en comparación con otros países de Latinoamérica.

Un aspecto importante para un país en desarrollo como nosotros sería el aprovechamiento de estos conocimientos para el crecimiento económico. Nuestras embajadas podrían ser utilizadas como satélites avanzados que alimenten la información de nuestra formulación de políticas en casa. Por eso en un mundo globalizado debemos ser prestos a ver lo que está haciendo el mundo y poder crear la condiciones de integrar las buenas prácticas.


No obstante, al igual que conversaciones bilaterales con gobiernos extranjeros, habrá cosas en las que estamos de acuerdo y cosas que no, pero ambas son buenas razones para el diálogo.

lunes, julio 02, 2007

Las Relaciones y la Diplomacia

Según un estudio hecho en 1956 se calculaba que un siglo antes el hombre promedio tenia 72 deseos, 16 de los cuales se consideraban necesidades. En el 2006, cincuenta años después de aquel estudio, se calculó que el hombre promedio tiene 474 deseos, 94 de los cuales se consideran necesidades.

Aún hoy las necesidades del hombre son pocas… pero sus deseos no tienen límites. Pero lo que siempre ha sido una necesidad para el hombre, es la necesidad de conectarse entre sí.

Conectarse con otras personas trae infinitas recompensas, ya sea conseguir el trabajo, conseguir la venta, electrificar a su público, etc.

El mejor recurso de cualquier individuo son las otras personas, te traen al mundo, te visten, te bañan, te alimentan , te enseñan, invierten tu dinero, arreglan tu vehículo, y hasta te entierran. No podemos vivir sin ellos, es más, no podemos ni morir sin ellos.

Conectarse es lo que hacían nuestros ancestros cuando se aglomeraban alrededor de un fuego a comer filete de mamut o hilar la más moderna moda de pieles de animales.

Es lo que hacemos cuando sostenemos torneos de golf, conferencias, etc., es lo que subraya todos nuestros rituales culturales, desde los más serios hasta los más frívolos, desde bodas y funerales, hasta juegos de muñecas Barbie y competencias de comer spaghetti.

Hasta los artistas y poetas más antisociales que pasan largos meses pintando en un estudio o componiendo en un cubículo en sus alcobas, esperan que a través de sus creaciones ellos, eventualmente, conectarán con el público.

Ya sea con el que da la noticia o el clima mundial por televisión, o aquella persona que recoge esa fruta exótica del otro lado del mundo, voluntaria o involuntariamente cada día hacemos cientos de conexiones.

Es de esta fuerza imperante de relacionarnos que nace la diplomacia, no importa el modelo de teoría de relaciones internacionales que se utilice par analizar las relaciones, la realidad es que, al igual que los individuos, los Estados también tienen la necesidad de relacionarse.

Por lo mismo, y tomando en cuenta lo dicho anteriormente sobre el hecho de que éstas nos traen infinitas recompensas, debemos entonces entender que la preparación de nuestro cuerpo diplomático es esencial para un buen desenvolvimiento de las relaciones. Por igual hay que entender que una mala representación puede dañar una relación, y muchas veces sucede como dice el proverbio: “no hay oportunidad para una segunda impresión”.

Si concebimos que para algunos países la prioridad no es la República Dominicana, entonces imaginémonos qué ventaja nos arroja un diplomático que nos “trate” de representar sin tener la más mínima preparación en este aspecto.

Debemos razonar de una vez por todas que nuestras misiones en el exterior no son una manera de premiar a un individuo, sino más bien espejos de nuestro país y, hoy día, más que todo, oficinas de comercio.

Por eso, y otras razones, entiendo que en diplomacia se pueden aplicar las palabras del ex presidente norteamericano J.F. Kennedy cuando dijo “No pregunte ¿Qué puede hacer mi país por mí?, sino ¿Qué puedo hacer YO por mi país?”.

Sí, las relaciones son una necesidad, y más aún las buenas, por tanto, por favor, no dejemos que se conviertan en un deseo…

martes, mayo 01, 2007

Diplomacia: función publica que demanda vocación

Hoy día la dinámica de los acontecimientos mundiales y las oportunidades de negocios tienen un ritmo tan acelerado que el acceso a las nuevas formas de comunicación es una imperiosa necesidad. Las oportunidades están a la vuelta de la esquina. Pero hay que saberlas buscar. El Diplomático se convierte hoy en un buen vendedor y en un mejor comprador de oportunidades.
Entender que solamente el ejercicio de la profesión Diplomática es suficiente para tener una visión amplia de las relaciones internacionales es en definitiva una idea que hay que superar. Una Diplomacia sin economistas, abogados, politólogos y hasta sicólogos es un cuerpo colegiado incompleto.
La Diplomacia de hoy exige más imaginación, mayor capacidad de negociación, más resultados concretos, mejor manera de comunicarse y, en síntesis, más productividad que la simple representatividad.
Además de considerar fundamental el contar con recursos humanos preparados en diversas áreas; también las especializaciones se hacen cada vez más importantes. Hoy en día es preferible invertir en una minoría preparada que en una mayoría silente o mal formada. La diplomacia en la actualidad debe tender a ser más selectiva. El uso y la preparación de su personal para formar cuadros en función de los intereses institucionales para el corto, mediano y largo plazo, se hace cada vez más necesario.
Se ha comprobado que la clave del éxito en las estructuras diplomáticas está íntimamente vinculado a la claridad de objetivos, capacidad de los recursos humanos y experiencias que adquieran los mismos. Por supuesto la vocación es fundamental.
Sin vocación todo el talento y la preparación no sirve para nada, es más, se ha comprobado que personal menos preparado tiene mejor rendimiento que otros con mejor formación si los anteriores son guiados por una gran vocación.
Quiero dejar claro que las nuevas generaciones de Diplomáticos tienen un gran reto por delante. Que entiendan que estamos ante un oficio que nos obliga a ser realmente servidores públicos. Que nuestro comportamiento cotidiano dentro y fuera de nuestro país tiene que estar a la altura. Que se nos entrega una gran responsabilidad, cuando se nos dignifica con la posibilidad de representar a nuestro país en el exterior. No importa el nivel del cargo y la nación ante el cual estamos acreditados. La huella que dejamos no es personal, sino la de nuestra idolatrada patria, la República Dominicana.

lunes, marzo 26, 2007

Una Diplomacia Activa para un mundo en transformación

En un mundo de comunicaciones y mercados mundializados, nuestra seguridad y nuestra prosperidad dependen, cada vez en mayor medida, de lo que sucede en otras partes del mundo. Es preciso que seamos activos internacionalmente para, de ese modo, conformar los acontecimientos mundiales en beneficio de nuestros ciudadanos y en consonancia con nuestro compromiso a favor de un mundo más seguro, más justo y próspero.
Vivimos en una etapa de cambios veloces: hemos pasado de las relativas certezas del pasado a un mundo de mayor complejidad e incertidumbre. Es mayor el número de cuestiones que inciden en una dimensión supranacional y están surgiendo nuevos actores globales. Nuestra economía abierta, nuestra sociedad diversa y nuestras responsabilidades internacionales brindan oportunidades, a lo largo de la próxima década, para moldear, en colaboración con otros, el futuro de nuestros ciudadanos y del mundo.
Los flujos de personas, bienes, dinero y conocimiento y el celérico crecimiento de Asia están impulsando la globalización, de la cual se derivan nuevas oportunidades y nuevos riesgos. El modo en el que los países responden a los mismos tendrá implicaciones notables para la República Dominicana. Es necesario que adaptemos nuestra economía y que colaboremos con otros en el respaldo a la liberalización económica. Y hemos de contribuir también a la construcción de un Estado eficaz que sea capaz de ofrecer seguridad, oportunidades y justicia a sus ciudadanos.
La Secretaría de Relaciones Exteriores tiene que adaptarse a los retos del siglo XXI. Ofrecer servicios, influir en los demás, y configurar el cambio requiere una red diplomática flexible y motivada. Las prioridades estratégicas constituyen el marco para el despliegue de nuestros esfuerzos, permitiéndonos afrontar la creciente demanda de nuestros servicios con limitados recursos.
Debemos aprovechar nuestros principales puntos fuertes - conocimientos regionales, negociación, comunicación, habilidades lingüísticas y dotes de persuasión, así como una sólida tradición de servicio. Pero también debemos seguir desarrollando las habilidades especializadas, directivas y financieras necesarias para gestionar una organización compleja y diversa y para prestar los servicios de calidad que exigen nuestros ciudadanos.

El hecho de que seamos pequeños no significa que seamos enanos, puesto a que los enanos no crecen mientras que los pequeños si. Pero esto solo será posible mediante el aprovechamiento al máximo de las relaciones internacionales y una “Diplomacia Activa”.

lunes, marzo 12, 2007

El Yate Angelita

Muchos hemos oído hablar del famoso Yate de nuestro dictador Rafael Leonidas Trujillo Molina pero poco sabemos de su historia. Es por eso, y por creer que el hecho de haber sido pertenencia del dictador es solo una de sus cosas interesantes, que en el siguiente texto relato su historia.

El exuberante yate fue construido en el año 1931 en el astillero de la
familia de Krupp, en Kiel, Alemania, cerca de Hamburgo, según los planos de los famosos contratistas estadounidenses Gibbs y Cox.

Su lanzamiento fue en la última semana del mes de abril. Fue bautizado con el nombre de “Hussar”, para aquel entonces era el yate más grande construido en el mundo. El barco de cuatro mástiles fue comisionado por E. F. Hutton, uno de los hombres de negocios más ricos de Wall Street. Su esposa, Marjorie Merriweather Post, la heredera la enorme fortuna de los cereales Post y, a su vez, un mujer de negocios, diseñó, según su gusto, el yate de lujo, el cual estaba pintado con su casco color negro. Ella dedicó, por lo menos, dos años casi exclusivamente a esta tarea. La misma alquiló un gran almacén en Brooklyn, Nueva York, donde delineó un minucioso diagrama desde donde irían colocadas, cada una de las selectas antigüedades adquiridas para decorar el interior y sus seis cabinas de lujo.

El Hussar fue construido con un propósito: Llevar a los Hutton, con su acostumbrado lujo, a todos esos lugares donde sentían que su presencia era deseable, ya fuera por negocios o simplemente por el placer del recorrido y de la aventura. El Hussar pasaba por lo menos nueve meses del año en alta mar y los cursos determinados por los Hutton eran normalmente destinos exóticos, tales como: Las islas de Galápagos, Hawaii y el Mediterráneo etc. Pero esta dulce vida debajo de las velas blancas fue de corta duración, ya que el matrimonio pronto entró en crisis y, en agosto del año 1935, la pareja se divorció.

Al día siguiente del divorcio, el señor Edward Hutton endosó el Hussar a su ex-esposa, que amaba la nave más que cualquier otra cosa. Fue entonces, y dada la mala suerte del fracaso de su segundo matrimonio, que la misma decidió pintar su casco de blanco (convirtiéndola en blanca completamente) y cambiarle el nombre de Hussar a “Sea Cloud”, en español “Nube del Mar”.

No pasaría mucho tiempo hasta que lady Marjorie encontrara consuelo en su viejo amigo Joseph E. Davies, quien era un acertado abogado que había laborado como Consejero Económico del Presidente Wilson durante las Negociaciones de Paz en Versalles al final de la Primera Guerra Mundial.

Su boda con el señor Davies el 15 de diciembre del 1935 le dio a la vida de Marjorie una nueva dirección: De ahora en adelante, no solamente estaría ligada al mundo de los magnates de negocios, sino también al mundo de la política y de la diplomacia.

En 1937 Davies fue nombrado como Embajador estadounidense en Moscú. La “Sea Cloud” ahora sería estacionada en Leningrado (hoy día San Petersburgo), usada como un enorme palacio flotante, donde desfilarían personalidades de la clase alta soviética y otras , además varias noblezas incluyendo, entre éstas, a la reina Elizabeth de Bélgica.

Con el tiempo, sin embargo, los viajes hacia Leningrado llegaron a ser muy peligrosos ya que, con la guerra, el número de buques de guerra en las aguas del mar Báltico habían aumentado rápidamente. Un viaje previsto al Mar Negro fue cancelado porque los submarinos enemigos habían tomado la estación allí. En junio de 1938, la “Sea Cloud” dijo adiós a la URSS y navegó hacia Estambul.

Más adelante, los Estados Unidos entrarían formalmente a la guerra, debido al ataque japonés en el puerto de Pearl Harbor, a finales de 1941. Pronto después de eso, la Marina de guerra comenzó a requerir los yates privados para consolidar su flota, equipándolos para patrullar, buscar submarinos, y monitorear el clima.

El Presidente Franklin D. Roosevelt, amigo cercano de Davies, en principio rechazó la idea de servicio militar para la “Sea Cloud”, argumentando que era demasiado hermosa para tal despliegue. Pero, para el 1942, los Estados Unidos ya no podían darse tal lujo. Fue entonces que, mediante el pago simbólico de un dólar, los guardacostas asumieron control de la “Sea Cloud”. Éstos le quitarían sus mástiles, la bella águila dorada de su proa y pintarían el casco del barco de gris. No mucho quedaría del impresionante yate de lujo. Equipado con cañones y armas antisubmarinas cruzó las aguas alrededor de las Azores y Groenlandia con su nuevo nombre militar, IX-99.

Mientras los otros dueños de yates perdieron sus naves en la guerra, o optaron por venderlas a la Marina de Guerra, la “Sea Cloud” terminaría siendo la única nave de lujo privada de su tamaño en funcionamiento para el final de la guerra. El 4 de julio de 1946 Joe y Marjorie, junto con siete amigos, fijaron el curso para la costa de la Florida. El yate, devuelto y renovado luego del servicio militar, ahora estaba sin sus mástiles, pero su casco había sido pintado de blanco brillante y el águila de oro adornaba de nuevo su proa. En el verano de 1947 sus cuatro mástiles fueron reinstalados y luego, en 1949, la “Sea Cloud” recibió un nuevo sistema de velas, las cuales llevaban una cantidad de lona que hasta para unos millonarios, era difícil de conseguir al final de la guerra. La reconstrucción total de la “Sea Cloud” tomó casi cuatro años. En el piso superior del Palm Beach Hotel, Joe y Marjorie esperaron ansiosamente la llegada de su nave reconstruida. Cuando finalmente apareció en el horizonte, Joe le dijo a Marjorie, "bien, querida, ahí va tu bebé."

En lo adelante, el yate más grande y más hermoso sería visto rondando la costa este de los Estados Unidos de América.

Joe Davies, que sufría de mareo, estaba contento de no explorar aguas desconocidas. Ahora él podría concentrarse en sus amistades, por ejemplo, con el dictador de la República Dominicana, Rafael Leonidas Trujillo Molina.

Más adelante, Marjorie llegó a la conclusión que ella no podría quedarse más tiempo con el yate, debido a que los gastos de mantenimiento y su tripulación de 72 personas habían aumentado inmensamente y, por otra parte, el tercer matrimonio de la ahora señora de 78 años estaba en crisis, por lo que, a principio de la década del 50, ella decide vender el yate. Luego de varios meses vendiendo la “Sea Cloud” el comprador perfecto terminaría siendo su huésped más frecuente: Rafael Leonidas Trujillo Molina. Fue entonces que, en 1955, Trujillo asumió el control de la nave dándole un nuevo nombre: “ANGELITA”.

El yate, ahora presidencial, sería utilizado sobre todo como mansión flotante. Trujillo también hizo su parte para renovar el yate enviándolo a Texas, donde se le instalarían dos motores nuevos con más potencia.

Son famosas las fiestas a bordo del mismo, cuando Trujillo le prestó el yate a su hijo Ramfis durante el período en que estaría asistiendo a un curso de Estado Mayor en la Academia Militar Fort Leavenworth, Kansas (se conoce que en este tiempo, y junto a Porfirio Ruborosa, se escapaban e iban con el yate a Hollywood a festejar junto a las estrellas).

Pero no fue hasta después del asesinato de Trujillo, el 30 de mayo de 1961, que el yate vuelve a salir en las portadas de los periódicos internacionales.

Mientras el país estaba sumergido en caos, la “Angelita” navegó hacia Cannes con el cadáver del dictador, un gran número de miembros de la familia Trujillo y una enorme cantidad de efectivo. Pero momentos antes de llegar a las Islas Canarias la “Angelita” recibió un mensaje de radio. El nuevo Gobierno forzó al equipo a dar vuelta atrás. Una vez de vuelta, la costosa nave fue renombrada “Patria” y puesta de nuevo a la venta.

Cinco años más tarde la “Patria” finalmente volvió a manos norteamericanas. El comprador era Operation Sea Cruises Inc., con base en Panamá. Su presidente, John Blue, la renombró “Antarna” y la envió a Naples, Florida, a ser restaurada totalmente (tenía los 5 años de que estuvo de venta de negligencia acumulados). Al llegar a las costas norteamericanas el barco fue temporalmente sacado de servicio debido a una disputa con las autoridades. Fue entonces que el yate caería en manos de una joven de 26 años de edad, Stephanie Gallagher quien había soñado, junto a su esposo Charles, con la idea de “Escuelas Oceánicas” donde, además de impartir clases académicas, se enseñarían habilidades náuticas. El yate funcionó como buque escuela, lo cual permitió el pago de sus cuentas excepcionales y honorarios pero, John Blue, quien tenía los papeles de la nave, no se dio por vencido. De ahora en adelante persiguió a la "Mujer Pirata". Dondequiera que la “Antarna” anclara, John Blue estaría ahí para retomar “su” nave. Finalmente, “Oceanics” logró recobrar la nave, pero la misma pasaría ocho años en el sol destructivo y la alta humedad del puerto Colón en Panamá lo cual, incluso para un robusto yate como el “Antarna”, era demasiado tiempo.

Pero la misma no había sido olvidada por sus entusiastas. Uno de ellos era el alemán Hartmut Paschberg, un capitán de barco y economista, el cual había trabajado con restauraciones de grandes barcos en el pasado. El mismo reconoció que, a pesar de la pobre condición de la “Antarna”, la misma podría ser liberada de su agonía. Junto con un grupo de inversionistas basados en Hamburgo, adquirió el yate e inmediatamente le devolvió su antiguo nombre: “Sea Cloud”.

Pero la tarea más difícil del capitán Paschburg fue poder hacerle las restauraciones mínimas necesarias para hacerla navegable con el fin de cruzar el Atlántico para llevarla a restaurar debidamente. Desde mediados de julio de 1978 trabajó junto a 38 hombres aventureros, 2 mujeres y una serie de ayudantes panameños, en el yate durante varios mese y finalmente el 15 de noviembre ya habían puesto el yate en condiciones navegables para su partida hacia Alemania.

Era claro que mucho más dinero seria necesario para restaurarla a su condición original por tanto en febrero de 1979 fue llevada a Kiel, ciudad de donde originó, y en Werft AG de Howaldtswerke-Deutsche, el sucesor al astillero de Germania-Werft, fue sometida a una reparación extensa. Ocho meses más tarde la “Sea Cloud” hizo su primer viaje bajo una nueva bandera. Y la magnifica diva ha estado en su casa en los océanos del mundo desde entonces.

Hoy día con 76 años de edad y mantenido en perfectas condiciones, el yate de 360 pies de largo funciona como crucero bajo la firma Sea Cloud Cruises navegando en el Caribe durante el invierno y el Mediterráneo durante el verano.