miércoles, febrero 08, 2006

Diplomacia En Un Mundo Plano

Recién acabo de leer un libro llamado “The World Is Flat” en español “El Mundo es Plano” escrito por Thomas L. Friedman en el cual nos relata como durante una reciente visita a la India se percató de que el mundo ya no era redondo como dijo Cristóbal Colon, sino en cambio que era plano. Nos cuenta que hoy día los países pequeños y los grandes tienen a su alcance un sinnúmero de herramientas las cuales los hace a todos de igual dimensión en muchos aspectos, debido a que mediante el uso de estas, los países pequeños tienen la misma capacidad de respuesta que los grandes.
Esto se debe según Friedman a que en los últimos años, un enorme cantidad de acontecimientos en la esfera internacional han transformado los criterios, los métodos y los instrumentos tradicionalmente conocidos para hacer posible y efectiva las relaciones entre los pueblos. Estamos frente a una sociedad mucho mas universal.
El fin de la Guerra Fría, la disolución de la Unión Soviética, la unificación de Alemania y la Guerra de los Balcanes, han sido acontecimientos que sin duda han transformado los soportes tradicionales del equilibrio internacional después de la segunda guerra mundial.
Esta globalización en general que amplía aún más los espacios meramente económicos incluyendo, los sociales, políticos y culturales, no sólo exige de una diplomacia más dinámica sino que en su conjunto hace que las relaciones internacionales tengan más importancia que la que tradicionalmente ha tenido. Apenas hace una década no nos imaginábamos el ritmo de cambios económicos y políticos que se estarían por producir dentro de la comunidad internacional, aunque los factores ya existan desde los años 90 pero para el siglo 21 se ha dado una convergencia, según Friedman, la cual ha producido cambios en el comportamiento de las sociedades – ejemplo de esto es como en el 2003 Southwest Airlines razonó que habían los recursos precisos para que la gente pudiera imprimir sus propios boletos aéreos desde su propia casa, y otro ejemplo que cita el autor es que la compañía Konica Minolta creó una maquina que es scanner, fotocopiadora, fax, impresora y envía correos electrónicos al mismo tiempo. Por tanto hoy día no sólo se mueven aceleradamente informaciones de uno a otro lado del planeta sino también el capital y las mercancías se desplazan a una velocidad que nos sitúa en un contexto totalmente distinto.
Sin duda estar inmersos en un mundo global y plano, nos desfigura el esquema tradicional en el cual hemos estado inmersos especialmente a partir de la Guerra Fría.
Si algo hemos aprendido de esos años en la comunidad mundial es que la negociación sigue siendo la gran vía para la solución de conflictos. También los amantes de la diplomacia hemos entendido que el ejercicio de dicha actividad tiene que adaptarse a los nuevos cambios históricos y ser definida de acuerdo a cada realidad nacional y contexto regional. Aun así la esencia de la representación diplomática no podrá ser superada y la embajada como ente estructural de esa representación tampoco, pero en un mundo plano se tendrán que usar las nuevas herramientas como la video conferencia, la tecnología Wireless o Internet Inalámbrico, entre otros. Todas estas citadas haciendo posible una inmediatez en las comunicaciones y relaciones interestatales.
Todos estos nuevos engranajes constituyen el mayor de los retos para los Diplomáticos ya que para poder representar efectivamente y dignamente a sus países dentro de este nuevo contexto mundial, deben entender estos extraordinarios cambios, definir estrategias y conocer los verdaderos intereses y valores de las sociedades aceleradamente cambiantes en un mundo que ha sido transformado.
La realidad en la que se mueve el agente Diplomático ya no es tan simplemente interestatal como lo era en el pasado, ya que tradicionalmente los actores internacionales habían sido sólo los Estados. Hoy en día existen también un sinnúmero de organizaciones internacionales, factores y realidades tan dinámicas, que nos sitúan ante un plano tan disímil como retador.
Estamos entonces frente a una nueva realidad compleja: el mundo ha sido aplanado. La inserción exitosa o no en ella, dependerá de la disponibilidad que tengamos en asumir los cambios estructurales requeridos y de ver el mundo hacia adelante, sin complejos y con optimismo.

La Diplomacia Presidencial

En los últimos años, se observa con nitidez una tendencia en las relaciones exteriores de las naciones la cual ya forma parte fija de los relaciones internacionales.

Esta tendencia es la proliferación de las cumbres presidenciales, concebidas como una de las expresiones en el plano multilateral del fenómeno más amplio de la denominada diplomacia presidencial la cual se entiende como: “La interacción directa, por presencia física o por otros medios, entre los jefes de Estado y de Gobierno de naciones soberanas”, que se ha manifestado en forma muy activa en las últimas décadas, sin perjuicio de su larga tradición histórica.

Esta nueva herramienta, y me refiero a ella como nueva porque su uso ha entrado en boga en la actualidad, se puede dividir en dos planos de acción, el multilateral el cual se trata del subsistema que resulta de las interacciones entre las naciones situadas en el mismo espacio geográfico por ejemplo Sudamérica, Centroamérica o el Caribe, y la multi-espacial el cual trata temas de integración y otros. Lo importante de resaltar es que estas herramientas están siendo utilizadas, no sólo en el plano de las relaciones económicas, pero también y a veces en forma más evidente, en el de las relaciones políticas y en el de la seguridad.

Como todo fenómeno internacional, el de la diplomacia presidencial multilateral y multi-espacial puede ser abordado desde distintos ángulos. Pero haré énfasis en uno de ellos. Es el de su relativa relevancia y eficacia, en función de los objetivos nacionales de países de mejorar la calidad de su inserción económica internacional y de procurar una mejor defensa de sus respectivos intereses nacionales, en particular, en cuanto a su participación real en el sistema internacional.

Todos recordamos cuando el presidente colombiano Álvaro Uribe Vélez se expreso en vísperas de la reciente IV Cumbre de Las Americas en Mar del Plata Argentina, alegando que no iría porque esas cumbres eran turísticas. En tal sentido, hay una pregunta central que todos quisiéramos nos respondan, “o al menos que nos aporten elementos para su eventual respuesta “, será la de saber si se trata sólo de un fenómeno que se inserta en el plano de la participación formal o simbólica en el sistema internacional – con sus eventuales ventajas de corto plazo en términos de diplomacia mediática, o de políticas de prestigio con efectos internos e incluso externos, favorables - o si, por el contrario, se trata de una modalidad efectiva de participación real orientada a mejorar la posición relativa de cada país en los mapas del poder mundial, de la competencia económica global y de las negociaciones comerciales internacionales.

Por mejorar la posición relativa en el sistema internacional, entendemos aquí los efectos de ampliación del margen de maniobra con el que cuenta una nación para el desarrollo de políticas externas funcionales a sus requerimientos internos indicadores concretos al respecto, son los compromisos exigibles que se logren por parte de los países que participan en estos foros presidenciales multilaterales, en relación al acceso a los respectivos mercados y, en el plano de una mayor cooperación económica y financiera, por parte de los países desarrollados o relativamente más desarrollados.

Si bien Álvaro Uribe Vélez fue el ultimo en llegar a la cumbre, lo substancial es que por alguna razón no dejo de concurrir lo que nos hace pensar que quizás no es todo paseo. Por tanto en todo esto cabe poner mayor atención, a la hora de efectuar evaluaciones de relevancia y de eficacia de cada foro concreto en los que participan los países. Pero lo importante es entender que esta modalidad ya forma parte de los mecanismos fijos de las interacciones entre los Estados.